En mi libro Motivación 360 menciono que el ser humano es como un globo y el aire que tiene dentro es la motivación.
Las personas motivadas vuelan alto como los globos y es responsabilidad de los jefes crear un entorno en el que las personas mismas inflen su globo. Es decir, se motiven a sí mismas.
Siguiendo con la metáfora, las personas pueden estar soplando el aire de la motivación en su globo, pero si el globo tiene muchos orificios, no se infla. Los orificios del globo, o desmotivadores como los llamo en mi libro, son factores que si están, reducen la motivación, pero si no están, no la afectan. Por ejemplo:
Si el jefe es injusto, falta el respeto, tiene favoritos, no afronta conflictos como debería o es un narcisista (entre otros), genera mucha desmotivación. Para mí es el desmotivador principal en las organizaciones. Por otro lado, si el jefe es justo por ejemplo, no es que las personas vayan a motivarse, pues la gente tiene la expectativa de que el jefe sea justo.
Y es cuando no satisfacen sus expectativas, cuando las personas se desmotivan.
Muchas empresas siguen con jefes tóxicos porque logran resultados. No se dan cuenta que el costo es mayor que el beneficio inmediato.
Una persona que se encuentra en una oficina totalmente iluminada con la puerta cerrada y alejada de la puerta, no se da cuenta de que en el ambiente de afuera está oscuro y falta luz. Pero una persona que está en la oscuridad, sí se da cuenta rápidamente que le falta luz. Algo similar ocurre en las empresas, los jefes reciben toda la luz, la información y no se dan cuenta que su gente anda a oscuras. Genera mucha desmotivación el trabajar sin la información que necesitas para hacer tu trabajo. Pero si la tienes, no es que te motivas.
Estos son solo algunos ejemplos, pero es importante conocer las fuentes de la desmotivación de tal modo que ayudemos a favorecer un ambiente en el que «sean las personas las que inflen sus globos sin que el aire se escape».