Aprendiendo del pasado para liderar en el futuro

Me parece inverosímil que un empresario en los años 30, estuviera tan adelantado a su tiempo en su liderazgo, aplicando estrategias que los investigadores recién están descubriendo hoy.

Matsushita salió adelante, a pesar de que su familia cayó en bancarrota cuando él tenía cuatro años y haber soportado hambre, carencias, y hasta el dolor de la muerte de varios hermanos. A pesar de que lo mandaron lejos de sus padres a los nueve años para trabajar en labores domésticas sin recibir educación formal, él comprendió que los momentos difíciles de la vida siempre te hacen más fuerte. Matsushita tomaba cada dificultad, cada trabajo arduo, como una oportunidad de aprendizaje. Él no tenía problemas en tomar riesgos. Fundó su propia empresa con sus ahorros de quince años. Tuvo que soportar innumerables dificultades y estuvo a punto de perderlo todo pero con su perseverancia salió adelante.

A continuación aplico el modelo de liderazgo de Kouses y Posner a Matsushita sobre las conductas más relevantes de un líder:

Romper lo establecido:

La meta de Matsushita era romper los esquemas existentes en la industria de electrodomésticos: fabricar productos 30% mejores y venderlos 30% más barato. Él no era un líder en la invención de nuevas tecnologías, su innovación estaba en mejorarlas y hacerlas más accesibles al mercado. De esta forma convirtió cientos de electrodomésticos en los preferidos del mercado. Pero no solo innovó en productos, sino que desarrolló estrategias comerciales, organizacionales y de recursos humanos sumamente revolucionarias.

Lograr una visión-misión compartida:

Este fue quizás el mayor adelanto a su tiempo. Fue uno de los primeros en compartir su misión corporativa con su gente: “Nuestra misión es ayudar a superar la pobreza, aliviar a la sociedad como un todo de la miseria de la pobreza, y traerle bienestar”. Lo innovador no solo es que tenga una misión, o que la haya compartido, es sobre todo la naturaleza del enunciado. Es una misión trascendente, que inspiraba a su personal a trabajar por una causa más grande que si mismos. Para Matsushita una empresa debía producir utilidades, pero sabía que ese no era el fin, sino un medio para alcanzar la mejora de la sociedad.

Empowerment:

Matsushita fue el primero en su industria que introdujo el concepto de divisiones por producto. Entregó poder, autoridad a los directores de cada división para que tuvieran autonomía y trató que el poder baje hacia aquellos con menor jerarquía. Les decía a su gente: “Asuman la responsabilidad, ustedes son los presidentes de su propia empresa”.

Integridad:

Matsushita predicaba con el ejemplo. Hablaba de ser humilde siendo él un ejemplo de humildad. Siendo un empresario tan rico, seguía accesible sin ostentaciones. Hablaba de mejorar la sociedad y donaba millones a instituciones benéficas creando una serie de instituciones para este fin. Hablaba de tratar bien a los empleados y trataba a su personal como si fuesen de su familia pagando los mejores sueldos del mercado.

En un almuerzo Matsushita comió la mitad de su carne y pidió que viniera el Chef del restaurante. El Chef fue angustiado y le preguntó: “Disculpe ¿algo no le gustó?” A lo que le respondió: “No buen hombre, lo he llamado para que no se sienta mal si ve mi carne a la mitad, está todo muy rico, lo que ocurre es que a mi edad ya no tengo tanta hambre, disculpe”.

Quizás la lección más importante que nos dejó Matsushita está en esta anécdota:

La humildad. Un empresario que al morir dejó una empresa con ventas de 42 billones de dólares, pero tenía la humildad de ser sensible a los sentimientos de los demás.