Reflexione sobre las siguientes preguntas. ¿Cuánto se preocupa por que su personal obtenga un adecuado balance entre su vida familiar y el trabajo? ¿Solicita frecuentemente a su personal que labore hasta tarde? ¿Lo hace trabajar los fines de semana cuando no le corresponde? ¿En qué medida retirarse a la hora de salida o media hora después está mal visto en su empresa?
En la mayoría de empresas no se hace un esfuerzo especial por cuidar el balance entre la vida personal y laboral del empleado.
Muchas veces los empleados se sienten presionados a quedarse hasta tarde por una ley implícita en la organización: “Si te vas temprano, no estás comprometido”.
Exagerar la dedicación de nuestros colaboradores es como tratar de hacer crecer las plantas frutales jalándolas para que se vean más altas. Funciona en el corto plazo, pero luego empiezan a podrirse y dejan de dar frutos.
Si no ayudamos a cuidar el balance familiar de nuestro personal, en el largo plazo éste será infeliz, estará poco motivado y poco comprometido.
Hay empresas que comprenden la importancia de la familia para el compromiso de su gente y la consideran en la estrategia de bienestar para el empleado.
Por ejemplo, una estrategia muy aceptada en varias empresas es el día familiar: un día donde los altos directivos y empleados, junto con sus familias sin importar jerarquía, se conocen y comparten. Otras empresas hacen un esfuerzo especial para los hijos de sus empleados, organizando fiestas navideñas o programas de vacaciones útiles.
Otra estrategia es involucrar a las parejas de los ejecutivos en convenciones de planeamiento. Hace poco asistí como conferencista a una convención de negocios de este tipo, organizada por una empresa transnacional. El objetivo de la reunión era desarrollar el plan estratégico, pero enfatizaban la importancia del balance familiar. Invitaron a todas las parejas (pagando los gastos de viaje).
Las parejas participaron en algunas conferencias junto con sus cónyuges, enterándose de la realidad del negocio, donde estos invierten un gran porcentaje de su tiempo. Luego mientras los ejecutivos planificaban, el presidente del grupo se reunió con las parejas para generar una lluvia de ideas acerca de cómo los ejecutivos podrían mejorar su balance entre el trabajo y la familia. Hubo mucha integración y sensación de unión entre todos. Pude ser testigo de cómo crecía el compromiso y la identificación con la empresa.
Es importante notar que no todos los problemas de balance entre la vida y la empresa son atribuibles a la organización. Muchas veces el individuo genera el desbalance inconscientemente.
Hay personas que sólo se sienten competentes cuando trabajan, pero en su casa no tienen las habilidades emocionales para lograr una convivencia feliz.
En otras palabras, se escudan en el trabajo para no afrontar sus problemas familiares. Otros, piensan que, si no se quedan, no serán considerados o aceptados. Esta creencia puede no ser cierta, pero la persona no es consciente. Algunos están en la carrera del ego y trabajan en exceso para destacar, o lograr prestigio a toda costa, para bajar a sus compañeros llamándoles flojos. En todos estos casos, es un problema de falta de un verdadero conocimiento personal. Los jefes deben intervenir para ayudar a sus subordinados a retomar el balance.
Un gerente amigo mío se paseaba por las oficinas a las 7pm y si encontraba a alguna persona trabajando, la mandaba a su casa. Le pedía que pensara qué hacía mal durante el día para que una jornada de trabajo no le alcanzara.
El balance entre la vida y el trabajo es una responsabilidad compartida entre el empleado y la empresa. Cuidémoslo antes de que sea tarde para arrepentirnos.