¿Usted tiene fuerza de voluntad o “debilidad de voluntad”?

Imaginemos que usted no tiene ninguna premura económica y le dan a escoger entre tener $100 dólares de forma inmediata o tener $150 dólares en 120 días. ¿Cuál escogería? Hice esta pregunta en una investigación y aproximadamente 50% de los encuestados prefirieron cada opción presentada. Había algunos que preferían tomar el dinero de forma inmediata y gratificarse con él mientras que otros  veían que tener $50 dólares más en 4 meses tenía un mayor valor y estaban dispuestos a postergar la gratificación.

Según los estudios realizados, aquellas personas que eligen los $100 dólares tienen menos autocontrol y disciplina. En términos generales, fuman  y toman más, procrastinan con mayor frecuencia, tienen dificultades manteniendo su peso, haciendo deportes y controlando sus gastos.

Existen muchas estrategias investigadas que nos ayudan a tener mayor autocontrol.  Por ejemplo, una de ellas es encuadrar el dilema de autocontrol como una pérdida. Si en lugar del dilema anterior, le hubieran dado  a escoger las siguientes alternativas: recibir $150 dólares en 4 meses, o perder $50 dólares y recibir solo $100 dólares en este momento,  ¿cuál elegiría ahora?  En este caso, si bien en términos de dinero el dilema es similar al anterior, la mayoría escoge los $150 dólares en 4 meses. ¿El motivo?

Porque el ser humano siente la pérdida de una forma más intensa que la ganancia.

La gente está dispuesta a esperar 4 meses para no perder $50 dólares pero no está dispuesta a esperar 4 meses para ganar $50 dólares. Es un sesgo humano investigado en la ciencia de toma de decisiones.

Podemos usar este sesgo hacia la pérdida a nuestro favor para tener mayor autocontrol. Por ejemplo, si usted ha subido de peso unos kilos y desea bajar, podría hacer una foto de usted mismo usando photoshop mostrándose más delgado tal como se imagina que estará al final de su dieta. Podría tener esta foto cerca de usted, ya sea llevarla en su billetera o ponerla en el refrigerador. Esto permitirá  que usted se identifique con su visión futura y sienta que ya tiene ganada la posibilidad de adelgazar. Así,  todas las tentaciones como los dulces podrían ser  percibidos como una pérdida de algo que está a punto de alcanzar.

Un caso real es el de una persona que estaba estudiando medicina,  e hizo una foto de sí misma usando  mandil de médico y atendiendo a pacientes. De esta forma, hizo suya su visión futura y toda distracción de sus estudios era percibida como una pérdida, ayudándolo así a postergar la gratificación.

Otra forma de ayudarnos a mantener nuestro autocontrol es aprendiendo a manejar  tentaciones.

Por ejemplo, si usted está a dieta, puede evitar algunas reuniones sociales donde sabe que va a estar expuesto a toda serie de alimentos calóricos. Otra forma de manejar las tentaciones es planificar por anticipado qué hará cuando se vea expuesto a ellas. El tener un plan claro lo ayuda a no usar su autocontrol, sino más bien a usar conductas automáticas que lo protegen. Por ejemplo, si usted quiere dejar de consumir alcohol y va a una reunión donde sabe que  le ofrecerán licor, usted puede pensar: si me ofrecen un trago, entonces pediré una gaseosa.

Finalmente, es importante recordar que el autocontrol radica en la zona prefrontal de nuestro cerebro y consume mucha glucosa para funcionar. Por este motivo, trate de evitar retos de autocontrol cuando no ha tomado desayuno, almorzado o comido. Por ejemplo, no intente discutir con su pareja cuando llegue del trabajo con hambre, es posible que su glucosa esté baja y tenga dificultades para  contener palabras de las que  después se pueda arrepentir.