El hombre que aprendió a amar
Preguntas y respuestas con el autor
¿Por qué escribió este libro?
Sé que, para algunas personas, este tema podría parecer esotérico, incluso alejado de la realidad. No ignoro que muchos podrían cuestionar mi credibilidad como escritor al adentrarme en él. Y es cierto. Durante mucho tiempo, esa preocupación por la imagen me detuvo. Pero a mis sesenta y seis años, después de escribir quince libros, la opinión ajena me afecta mucho menos. Lo que me impulsa ahora es un deseo profundo de contribuir, de ayudar a otros a encontrar un camino hacia la plenitud. Y, si solo unas pocas personas se toman en serio los conocimientos vertidos en este libro y logran transformar sus vidas, entonces el esfuerzo habrá valido la pena. Entiendo que este libro no es para todos, pero plantea principios que cuestionan seriamente la realidad en la que vivimos. Como dijo el Dalai Lama, vivimos como si nunca fuéramos a morir, y morimos como si nunca hubiéramos vivido. Este libro te confronta con la muerte, te obliga a examinar la forma en que estás viviendo tu vida hoy, y te invita a reflexionar sobre lo que sucede después de la muerte. Y sé que algunas personas prefieren ocultar esa cruda realidad.
¿Qué te llevó a escribir este libro?
La verdad es que estaba trabajando en un libro sobre parejas; era un proyecto que tenía previsto lanzar en 2026. Sin embargo, durante una meditación profunda, una intuición clara e innegable me invadió: tenía que escribir este libro antes del otro, y tenía que hacerlo ya. Me senté a trabajar, y la estructura dramática de la novela surgió de inmediato, casi sin esfuerzo. Luego, redacté todo el libro en un solo mes. Fue una experiencia que nunca antes había vivido. Era como si me dictaran la historia, las ideas, las situaciones, los conflictos; todo se empezó a armar solo. Es el libro más rápido que he escrito en mi vida.
¿Qué quieres que se lleve el lector?
El libro contiene una serie de enseñanzas profundas que espero que el lector descubra por sí mismo. Sin embargo, para facilitar la comprensión, a continuación, presento un resumen de las enseñanzas más importantes. Mi mayor deseo es que, al menos, contemple como una posibilidad lo que puede ocurrir el día en que dejemos este plano, y que se inspire a vivir una vida más llena de sentido, más bondadosa. Además, deseo que aprenda a reconocer que aquellas situaciones difíciles que nos toca vivir son, en realidad, grandes maestros para nuestra evolución.
¿Se inspiró en personajes de la vida real?
Claro que sí, los personajes de la vida real son siempre los más fascinantes. Para empezar, me inspiré en mí mismo, en mis diferentes etapas de la vida. Alejo, el protagonista, al inicio tiene muchos rasgos parecidos a los míos cuando era más joven y menos consciente de mis heridas. Luego, Daniel es una representación de mi yo adulto, más sabio y compasivo. La hija, Camila, está inspirada en mis dos hijos, Alex y Frances, quienes han sido grandes maestros para mí. La historia, en sí misma, está basada en muchos hechos reales; estos quizás no ocurrieron exactamente en la secuencia que muestro, pero sí sucedieron. Me encanta escribir novelas basadas en hechos y personajes reales porque siento que les dan una autenticidad y una profundidad que la ficción pura no puede igualar.
En el libro usted plantea una serie de terapias que me parece que no existen en Perú, ¿correcto?
Sí, por ejemplo, los terapeutas en el libro son o de corriente gestalt, o de formación psicocorporal; abundan en México y en otros países, pero en Lima hay muy pocos egresados de esas formaciones. En Lima hay mucha terapia conductual y psicoanalítica, y, si bien estas ayudan, en mi experiencia no sanan el niño interior de manera tan efectiva porque el trauma se aloja en el cuerpo, no solo en la mente, así que para sanarlo hay que movilizar la energía en el cuerpo. Por eso, para algunas personas que han hecho psicoanálisis tradicional en Lima, las estrategias de los terapeutas que planteo en el libro les pueden sonar muy extrañas. Pero, en lo personal, hace más de tres años que yo tomo terapia aquí en México con un terapeuta psicocorporal, y me ha cambiado la vida. Siento que he avanzado mucho más rápido en mi proceso de autoconocimiento y sanación, y de una manera más profunda que todo lo que había experimentado anteriormente.
¿Y la terapia asistida con MDMA? ¿Usted la ha experimentado?
La terapia asistida con la sustancia MDMA ha sido extensamente investigada, como cuento en el libro. Cuando estaba investigando para este proyecto, decidí probarla en mí para poder escribir con autenticidad sobre ella, y lo hice en un país donde era legal hacerlo. Las sesiones que describo aquí, de hecho, están basadas en mis propias sesiones de psicoterapia asistida con MDMA. Personalmente, puedo decir que esta terapia me cambió la vida. La velocidad a la que se avanza en el proceso de sanar los traumas es notable, tal como lo planteo en el libro.
Es importante recalcar que esta terapia no es universalmente aplicable. No es recomendable para personas con problemas cardíacos, epilepsia y convulsiones, hipertermia maligna, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, enfermedades hepáticas ni para quienes toman antidepresivos, medicamentos para el VIH o para el asma, litio, entre algunos otros. En algunos casos, la sustancia podría abrir puertas en el inconsciente que después resultarían muy difíciles de cerrar, lo que generaría un riesgo de desregulación emocional severa, como angustia o depresión. Por eso es necesario hacer una evaluación previa y estar acompañado de un profesional con la formación y experiencia necesarias. Es importante que las personas sepan que la sustancia es ilegal en Perú y que no estamos promoviendo su uso en la novela.
¿El MDMA es el único psicodélico que ayuda a sanar el trauma?
No es el único, pero es uno de los principales psicotrópicos para ayudar a curar el trauma. Actualmente, existe un creciente interés y serias investigaciones en el uso de diversos psicodélicos como herramientas terapéuticas para abordar una variedad de problemas de salud mental. Por ejemplo, la psilocibina está siendo objeto de estudio para el tratamiento de la depresión, mientras que la ayahuasca y la ibogaína se investigan por su potencial para ayudar a superar las adicciones. Sin embargo, este resurgimiento del interés ha llevado a que muchas personas utilicen los psicodélicos más como una moda o una búsqueda de experiencias, y de manera recreativa, que como un tratamiento terapéutico serio.
En mi investigación, me he topado con la creencia de que las sesiones psicodélicas por sí solas pueden generar una sanación completa; pero esto es un error. Los psicodélicos no sanan a menos que se integren en un proceso de psicoterapia continuo y estructurado, que permita al paciente procesar y trabajar con el material que emerge durante las sesiones.
Sin embargo, dentro del espectro de los psicodélicos, el MDMA se distingue por su capacidad para facilitar el acceso a los traumas de la niñez. A diferencia de otros psicodélicos, que también pueden llevar al paciente a explorar su biografía o a generarle experiencias transpersonales, el MDMA parece tener una afinidad particular por desenterrar las heridas más tempranas y traumas puntuales. Es importante recordar que el único psicodélico de uso legal en Perú es la ayahuasca; las otras sustancias son ilegales y no es nuestra intención promover su uso.
¿Para quién no es este libro?
Para personas que no tienen la disposición de cuestionarse sus creencias, de emprender un viaje de autoconocimiento, de trabajarse a sí mismas. Para quienes prefieren vivir de espaldas a sus heridas, como el protagonista al inicio de la historia. Dudo que este libro logre persuadirlos a explorar otras posibilidades. Tampoco está dirigido a personas tan aferradas a sus convicciones, que están faltas de flexibilidad para considerar otras perspectivas.
¿Existe el Centro de Crecimiento Consciente?
Bueno, esa parte del personaje de Alejo transformado está basada en mi propia experiencia. Yo también escribí un libro sobre la sanación del niño interior y doy conferencias sobre el tema. Además, estoy en plena formación del Centro de Crecimiento Consciente, una ONG que pretende capacitar a los padres en los colegios para prevenir el daño al niño interior de sus hijos. Espero iniciar los pilotos que menciono en el libro en 2026, y lanzar la ONG a nivel nacional en Perú en 2027. Mi objetivo es dedicar el resto de mi vida a esta misión.
¿Qué tan cierto cree usted que es lo que plantea en el libro sobre la vida después de la muerte?
Yo estoy totalmente convencido de eso debido a las investigaciones que he leído, y vivo mi vida como si fuera cierto, pero respeto las creencias de los demás. No me creo dueño de la verdad, sobre todo en un tema tan trascendental. Me queda claro que la respuesta definitiva a esta pregunta la sabré el día que me toque morir.
Principales lecciones de este libro
- La continuidad de la existencia: La muerte no es el final. Al abandonar el plano terrenal, nuestra alma sigue viviendo en otro nivel de realidad.
- La transición al plano espiritual: La mayoría de las almas son guiadas al plano espiritual, un reino que trasciende la materia. Sin embargo, algunas, por diversas razones, eligen permanecer en el plano terrenal, al menos temporalmente.
- El espejo de la vida: Al dejar el cuerpo, el alma realiza un recorrido tridimensional por su vida, y revive cada experiencia para extraer aprendizaje y crecimiento. Y aquí reside la clave: no solo se recuerdan los propios sentimientos, sino que se experimentan las emociones de las personas con las que se ha interactuado. Si se causó dolor, ese dolor se siente en carne propia. Si se dio amor, se recibe ese amor. Este principio fundamental nos obliga a reflexionar sobre cómo queremos ser recordados el día en que nos vayamos.
- La soberanía del alma: En este repaso de vida no hay juicios externos. El alma es su propio juez y, a menudo, su verdugo. El mayor sufrimiento proviene de la conciencia de no haber dejado una huella de amor y bondad.
- La guía invisible: En el viaje terrenal, contamos con guías espirituales que nos asisten en el cumplimiento de los planes que trazamos en el plano espiritual antes de encarnar.
- La esencia del amor: El plano espiritual es un mundo donde el amor es la fuerza primordial. Todo, desde las plantas hasta las estrellas, destila amor y emana una música celestial. El amor aquí excede cualquier experiencia terrenal, comparable a un amor parental incondicional multiplicado por un millón. A nivel terrenal, el amor es un sentimiento; aquí, una fuerza viva. Las tendencias destructivas del alma, como la rabia o la envidia, pierden su poder en esta atmósfera, se manifiestan plenamente solo en el plano terrenal.
- La jerarquía de la luz: El objetivo de la vida en el plano espiritual es la elevación de nuestra vibración como almas, lo que implica la capacidad de dar y recibir cada vez más amor. En este proceso, las almas se diferencian por los colores de su aura, que indican su nivel de vibración. Las almas más jóvenes son blancas, mientras que las moradas representan la vibración más elevada, la cercanía a la divinidad. Para elevar la vibración, el alma necesita limpiarse todas las tendencias negativas que carga, y eso solo se puede hacer en el plano terrenal, que es donde se manifiestan.
- La dimensión sin límites: En el mundo espiritual, las limitaciones del tiempo y el espacio desaparecen. El desplazamiento es instantáneo, a la velocidad del pensamiento. Las formas físicas se vuelven maleables, y los objetos pueden ser creados por la voluntad.
- El retorno al origen: Nuestro verdadero hogar es el plano espiritual. La tierra es solo una escuela, un lugar temporal al que venimos a aprender lecciones y a elevar nuestra vibración como almas.
- El velo del olvido: Al encarnar, un velo de amnesia espiritual nos cubre y oculta las memorias del plano espiritual. Este olvido es necesario para la inmersión completa en el rol y el aprendizaje efectivo de las lecciones.
- La multiplicidad de vidas: La mayoría de las almas desciende al plano terrenal y encarna muchas veces, en un proceso gradual de aprendizaje y elevación de su vibración.
- La libertad de elección: Ningún alma está obligada a encarnar. Cada descenso a la tierra es una elección personal, tomada con un propósito específico.
- La planificación de la experiencia: Cada encarnación es meticulosamente planeada y evaluada, a menudo utilizando simulaciones que muestran las diversas consecuencias de las decisiones que se tomarán durante la vida. Las almas gemelas, o grupo de almas que trabajan juntas para ascender, colaboran en esta planificación, eligiendo los roles que desempeñarán y cómo se ayudarán mutuamente en el aprendizaje.
- El impacto de la niñez: Un aspecto crucial de la planificación es la configuración de la niñez. Las experiencias tempranas tienen un fuerte impacto en la personalidad, creando tendencias y patrones de conducta que están directamente vinculados a las lecciones que el alma ha venido a aprender y evolucionar. Por ejemplo, si el objetivo es desarrollar la generosidad, se puede elegir una niñez marcada por la escasez o el egoísmo. El desafío radica en superar esa tendencia y cultivar la generosidad en la vida adulta. Es en esta victoria sobre los patrones negativos que el alma eleva su vibración.
- La unicidad en la diversidad: A pesar de la aparente individualidad en la tierra, todos somos almas interconectadas que pertenecen a la misma fuente divina. Las divisiones basadas en el cuerpo, la raza, la religión, la cultura o la nacionalidad son ilusiones terrenales que nos impiden percibir esta verdad fundamental. Sin embargo, este sentido de unidad se va revelando a medida que nos vamos acercando más al plano espiritual.
- El propósito de la encarnación: Las almas descienden del plano espiritual al plano terrenal por diversos motivos, todos interrelacionados:
- Aprender lecciones a través de las experiencias positivas y negativas que enfrentamos, lo que nos permite evolucionar y elevar nuestra vibración.
- Contribuir a un mundo mejor, dejando una huella de amor y ayuda.
- Saldar deudas kármicas con otras almas, restaurando el equilibrio energético.
- Algunas almas eligen encarnar simplemente para apoyar el aprendizaje de otras.
- En casos excepcionales, el propósito es ayudar al planeta a elevar su vibración amorosa.
- La aceptación del dolor: Las almas que acuerdan infligirnos daño durante la encarnación, con el fin de catalizar nuestro aprendizaje, no generan karma negativo con nosotros.
- El legado de la infancia: Para comprender nuestro propósito en la tierra, debemos explorar nuestra niñez, identificando las heridas emocionales y los patrones negativos que surgieron como consecuencia.
- La sanación interior: Sanar el niño interior no es solo un proceso de crecimiento personal, sino que está íntimamente ligado a la realización de nuestro propósito vital.
- El reencuentro con la autenticidad: La sanación requiere tiempo y dedicación, e implica volver a conectar con las heridas de la infancia, expresar las emociones reprimidas y abrazar las partes inmaduras de nuestro ser que se desconectaron de nuestra identidad.
- La conciencia del ahora: Implica sobre todo un esfuerzo constante por estar conscientes de la influencia de nuestro niño interior en nuestras relaciones y decisiones cotidianas.
- La liberación a través del cuerpo: La terapia que aborda eficazmente la sanación del niño interior es aquella que moviliza la energía y las emociones almacenadas en el cuerpo.
- La resistencia: A mayor profundidad de las heridas de la infancia, mayores son las resistencias que enfrentan los adultos al intentar sanarlas. Las personas se resisten a mirar hacia adentro y emplean una variedad de estrategias defensivas: la negación, la minimización, la proyección de la culpa, la desconexión emocional, la victimización y muchas otras, todo para evitar el doloroso proceso de confrontar sus traumas.
- La necesidad de estrellarse contra la pared para cambiar: A menudo, la transformación no surge de la voluntad, sino del caos. Es necesario un choque brutal contra la pared de la realidad: un fracaso profesional que hace temblar la identidad, un divorcio que despedaza el corazón, un problema grave con los hijos que quiebra la esperanza, una catástrofe económica que amenaza la seguridad, una crisis emocional que derrumba las defensas. Son pocos los que eligen el camino de la sanación por iniciativa propia; la mayoría, como el protagonista de esta novela, lo hacen impulsados por la desesperación.
- La limerencia: Al inicio de toda relación romántica, solemos entrar en un estado psicológico particular, conocido como limerencia. Este estado mental se caracteriza por una alteración en la química de nuestro cerebro, una danza de neurotransmisores que nos genera una especie de adicción hacia la otra persona. Durante la limerencia, la pareja se convierte en el centro de nuestra existencia. La mente se obsesiona con el otro, y este ocupa hasta el 85 % de nuestros pensamientos. Experimentamos una montaña rusa de emociones: celos intensos, euforia desbordante, miedos paralizantes. El sueño se vuelve esquivo y la sexualidad se intensifica, enfocándose casi exclusivamente en la pareja. Este estado, aunque embriagador, es transitorio. Su duración máxima se estima en tres años, aunque en algunos casos puede desvanecerse en cuestión de meses. En la mayoría de las relaciones, la limerencia es la etapa inicial en la cual la idealización reina y los defectos permanecen ocultos tras un velo de perfección. Cuando la limerencia llega a su fin, las parejas pueden tomar dos caminos. Algunos logran migrar hacia un amor maduro, hacia una forma de conexión más profunda y realista. En esta etapa, los defectos se hacen visibles, pero se compensan con una mayor confianza, intimidad y compañerismo. Otros, sin embargo, especialmente aquellos que cargan con traumas de la infancia relacionados con la figura materna o paterna, enfrentan mayores dificultades. Para estas personas, como el protagonista de esta historia, la limerencia se convierte en la única definición del amor. Cuando la magia de la idealización se desvanece, sienten que el amor ha muerto.
- La terapia con MDMA: La terapia asistida con MDMA ofrece la promesa de acelerar este proceso de sanación del niño interior, pero es una herramienta poderosa que requiere precaución, discernimiento y el correcto uso terapéutico (no recreativo), siempre acompañado de un profesional. No es una solución universal, y tiene ciertas exclusiones. Es importante señalar que hasta la fecha la sustancia es ilegal en Perú, y en la novela no estamos fomentando ni recomendando su uso.
- Los seductores del ego: En última instancia, las metas, el prestigio, el dinero, la imagen y los bienes materiales, aunque seductores para el ego, no son el verdadero objetivo de la vida. A menudo, nos distraen de nuestra esencia y nos impiden conectar con nuestro propósito.
- Lo más importante: Lo único que realmente importa, lo que perdura y deja una huella, es si en nuestras relaciones interpersonales elegimos el amor y la bondad, o todo lo contrario.
El libre albedrío: Algunas pruebas que experimentamos en la tierra son acordadas previamente en el plano espiritual, como parte de un plan diseñado para nuestro crecimiento. Sin embargo, otras tragedias son el resultado del libre albedrío de las almas, elecciones que nos apartan del camino del amor. Y, de igual manera, la manera como reaccionamos ante estas circunstancias es siempre nuestra elección. Podemos actuar desde el amor, la compasión y el perdón, o podemos ceder al odio y la venganza. Es esa elección, esa capacidad de decidirnos por el amor incluso en la adversidad, la que define nuestro camino y moldea nuestro destino.